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«A las siete menos poco de la tarde llamé a mi amigo de Paiporta y le dije que tuviera cuidado, que el barranco del ... Poyo llevaba mucha agua. ¿Que cómo lo supe? No hace falta ser ningún experto para esto. Con la información que había en internet, al acceso de cualquiera, los avisos de Aemet, las cifras de lluvia caída de Avamet, la información del SAIH del caudal que llevaba el barranco, era algo obvio. Lo que indigna es que quien tenía que hacerlo, no lo haga». Hay veces que un solo testimonio es demoledor. Este es el de Alberto Martínez Escribano, ingeniero geólogo y con un máster en Planificación y Gestión de Riesgos naturales, quien ha declarado así ante la jueza de Catarroja que investiga la gestión de la dana.
Lo ha hecho como testigo y como perito, porque aquella tarde, antes de las siete de la tarde (hora y media por delante del aviso de Es-Alert) llamó a un amigo de Paiporta para alertarle. «Él no estaba y me dijo que tampoco sus padres. Me quedé tranquilo, pero luego supe que había fallecido un familiar suyo».
El ingeniero geólogo ha relatado como con todas las informaciones en los medios de comunicación, «las imágenes de Chiva y Utiel, inundados, con un agua que tenía que venir para abajo», con la alerta naranja por la mañana y luego mutada a roja, «había información más que suficiente y accesible a todo el mundo para alertar». Ha subryado que actuó en base a datos accesibles para todo el mundo. «Informaciones de internet, en webs de organismos. Sin necesidad de más expertos. La web de Aemet, de la CHJ, el SAIH (Sistema de Alerta Inmediata Hidrológica), los datos de Avamet, las noticias de À Punt... Porque no se hizo nada antes es algo que ya dirá la jueza», ha señalado el especialista a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Valencia. Pero es obvio que se podía haber avisado antes a la gente«.
Como profesor de un instituto de Aldaya, aquella mañana ya dijo a sus compañeros que no debían estar allí. «Con aviso rojo, todos en casa. Si con las pandemia estuvimos un mes encerrados, por un día no iba a pasar nada», ha subrayado. Por la mañana ya era consciente «de que la situación era muy grave. Imagínate por la tarde...».
«Indignación». Ha sido la palabra que el perito ha reconocido sentir por que no se actuara a tiempo y por el envío de una alerta que consideró tardía y confusa. «Los protocolos están. No es que no exista una ley de emergencias, que no funcione ni protección civil, está todo planificado, solo había que seguir la propia normativa de la Generalitat de emergencia», ha enfatizado.
Aunque sin querer indicir mucho en opiniones personales, y señalando hasta por dos veces que la jueza es quien debe dirimir responsabilidades, el geólogo fue rotundo al final de su comparecencia ante los medios: «Era obvio que se podría haber avisado antes a la gente».
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