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El Santa Fe PHEV ocupa con autoridad la posición de buque insignia en Hyundai.
Hyundai Santa Fe: Un SUV para marcar la diferencia

Hyundai Santa Fe: Un SUV para marcar la diferencia

HYUNDAI SANTA FE 1.6 T-GDI PHEV 4X4 ·

La quinta generación del buque insignia de la marca coreana tiene en esta versión híbrida enchufable de 253 CV de potencia y tracción total a su máximo exponente

JAVIER PINÉS

Domingo, 26 de enero 2025, 18:48

Cuando Hyundai introdujo por vez primera al Santa Fe en Europa en el año 2000, pocos imaginaban la relevancia que iba a tener el segmento de los todo terreno años después. Un modelo el coreano que se puede calificar como uno de los auténticos pioneros de un concepto como es el de los SUV, y un claro ejemplo de como ha evolucionado a lo largo de este cuarto de siglo un sector que se ha convertido en el principal protagonista y animador del mercado del automóvil.

El Santa Fe siempre se ha situado como el buque insignia de Hyundai. A lo largo de sus cinco generaciones, este modelo se ha colocado en lo más alto del catálogo de la firma oriental, incluso cuando la opción SUV no era la dominante.

Ahora, y con permiso de los componentes cien por cien eléctricos de la serie Ioniq, el Santa Fe refuerza aún más esa posición dominante en la gama Hyundai, con una apuesta más cercana al segmento premium que al generalista.

Puede sonar atrevido, pero así es. Y la elección de este modelo para aportar un toque añadido de diseño, equipamiento y tecnología no es una casualidad. Si bien el desarrollo e inversión realizada en la creación de esta quinta generación del Santa Fe ha sido más que destacable, la apuesta no se puede calificar de arriesgada si nos ceñimos al mercado europeo.

La contundente trasera le dota de una peculiar y americanizada imagen.

Y es que, precisamente el viejo continente no es el hábitat natural de este SUV de gran tamaño cuya presencia será más visible en otros mercados como el americano.

Demostración tecnológica

No obstante, el Santa Fe tiene su hueco en esta nueva generación crossover de representación en el que la práctica totalidad de los fabricantes han decidido echar el resto y demostrar su capacidad tecnológica a todos los niveles. Este es el caso de la unidad que ha pasado por nuestras manos, la 1.6 T-GDi PHEV 4x4 equipada con el motor híbrido enchufable de 253 CV de potencia y con el nivel de acabado Calligraphy.

El nuevo Santa Fe ha crecido de manera notable respecto a su antecesor para alcanzar los 4,83 metros de longitud, 1,90 de anchura y 1,77 de altura como base para acoger una estética de lo más personal.

Sin duda alguna, y dejando de lado detalles técnicos, el diseño es el principal elemento diferenciador del nuevo Santa Fe respecto a su antecesor y a sus competidores. Una imagen contundente caracterizada por grandes volúmenes y formas cuadradas a lo largo de todo el vehículo. Esta línea estética que adquiere especial protagonismo en un frontal con una línea de capó muy elevada presidida por unos faros con una singular firma lumínica en forma de ‘H’.

Tanto la instrumentación como el módulo central se apoyan en sendas pantallas digitales de 12,3 pulgadas.

En su vista lateral se mantienen los trazos cuadrados y las líneas rectas, junto a unos grandes pasos de rueda que acogen llantas de hasta 20 pulgadas y los rieles de techo. En el caso de la versión Calligraphy, la más alta, cuenta con un acabado específico en color negro.

La zaga mantiene la tendencia con un portón vertical dividido en secciones rectangulares para la luneta, la parte central del portón y los pilotos, también con un diseño de iluminación en ‘H’ en dos amplios bloques como en la parte delantera.

Una vez en el interior se deja notar las mayores dimensiones frente a las del modelo anterior, incluida la mayor distancia entre ejes –2,82 metros–, principal responsable de la ganancia de espacio en el habitáculo. Un interior que se configura en tres líneas de asientos para un total de siete plazas con un elevado nivel de confort, especialmente en los asientos centrales.

El puesto de mando está presidido por una doble pantalla panorámica curva que abarca la zona de la instrumentación y del centro del salpicadero conformando una amplia área totalmente digitalizada. Ambas unidades tienen una diagonal de 12.3 pulgadas, contando con unas amplias posibilidades de personalización de la información la situada frente al conductor, y con un funcionamiento muy claro e intuitivo por parte de la central.

Desde ésta última se accionan la totalidad de sistemas de info entretenimiento y seguridad del vehículo, además de contar con prestaciones adicionales como la cámara exterior de 360 grados, un sistema de sonido Bose de doce altavoces y conectividad inalámbrica.

Las tres filas de asientos le dotan de gran habitabilidad.

En el punto de unión con la consola central situada entre las plazas delanteras se ubica el accionamiento del climatizador dual personalizado para cada plaza, seguido de un amplio espacio con un doble cargador también inalámbrico. La palanca de cambios se sitúa detrás del volante en la parte derecha y se acciona de manera sencilla. Otros detalles a resaltar son las diversas tomas de conexión USB-C, incluidas las situadas en los laterales de los respaldos de los asientos delanteros. En lo que a la capacidad de maletero se refiere, cuenta con un volumen inicial de 621 litros que se pueden ampliar hasta los 1.942 litros si se abaten todos los asientos.

Directo al enchufe

La motorización elegida para el máximo exponente de la gama Santa Fe ha sido una variante híbrida enchufable de 253 CV de potencia. Se trata de un sistema de propulsión compuesto por un motor de gasolina turbo alimentado de 1.6 litros más una segunda unidad eléctrica de 72 kW.

Todo ello acoplado a un cambio automático de seis velocidades y la eficacia de un sistema de tracción a las cuatro ruedas, de serie también en la versión híbrida. Con todo ello, la marca homologa un consumo de 1,7 litros difícilmente de conseguir ya que deberíamos llevar cargada a diario la batería a su máxima capacidad. Pero lo que si que es alcanzable son los 54 kilómetros de autonomía cien por cien eléctrica, más aún si se circula por entornos urbanos, aunque en carretera abierta nos hemos acercado bastante a esa cifra.

Para lograr este nivel de eficiencia el Santa Fe cuenta con un sistema de frenada regenerativa accionable desde las levas situadas tras el volante. Si se conduce con los modos de conducción ‘Eco’ o ‘Smart’, este sistema permite ajustar el nivel de retención en tres niveles lo que permite recuperar un buen nivel de carga de la batería, e incluso realizar una conducción de cierto toque ‘deportivo’ respaldada por sus más de 250 caballos.

Pero hay que recordar que estamos al volante de un SUV de gran tamaño y de casi dos toneladas de peso con las inercias que hay que soportar en ciertos trazados, por lo que no es un vehículo diseñado para cometer excesos, aunque su parte ciclo y mecánica permita ciertas alegrías. Para ello cuenta con un amplio abanico de ayudas a la conducción capaces de proporcionar un elevado nivel de seguridad preventiva.

El Santa Fe entra en el sector de los SUV premium con unos buenos argumentos. Su habitabilidad, equipamiento tecnológico y eficiencia –siempre y cuando la batería esté cargada– le sitúan en un destacado lugar en un segmento en el que cuenta con la ventaja de contar con un precio más contenido.

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